miércoles, 23 de agosto de 2017

Excursión 364: Río Duratón

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puente de Villaseca

Final: Sepúlveda
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13,6 Km 
Desnivel [+]: 266 m 
Desnivel [--]: 194m 
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable:
Valoración: 4,3
Participantes: 24

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Hay que empezar por decir que, el poder de convocatoria que tienen los “primos” Cid es de un poderío inmenso. O, ¿es el cordero el responsable de la afluencia masiva a una memorable marcha, con río pero sin baño?. Corramos el “estúpido” velo, digo el “tupido” velo y dejemos en una atractiva incógnita su acertijo.

Habíamos quedado, como de costumbre, en la plaza del pueblo con la mala suerte que ese día en Sepúlveda había mercadillo, y no precisamente medieval, por lo que no hubo manera de contactar de una manera razonable con los 24 participantes que tuvimos la osadía de presentarnos aquí para disfrutar de la marcha, la compañía, la sombra, el río, la temperatura y por supuesto “el cabrito”, digo “el cordero”  que nos esperaba al final de la ruta.

Superados esos primeros momentos de cierto “desastre” organizativo con los coches de los que iban y los que se quedaban, iniciamos nuestro traslado hacía el Puente de Villaseca, en los márgenes del Río Duratón punto de comienzo de la jornada.

Llegados a este punto, miel sobre hojuelas. Enseguida la organización se puso manos a la obra y se inició el agradable paseo que, como de costumbre, parecía más una romería, a la que sólo le faltaba ir cantando algunos “salmos”, que un grupo de “avezados” senderistas dispuestos a cualquier sacrificio que el/los diferentes “boss” pudieran plantear.

Nada más iniciar la marcha llegamos a la Cueva de los Siete Altares, que estaba bien enrejada para evitar que alguien pudiera cometer alguna “salvajada”.

Proseguimos nuestro camino atravesando distintos cauces que en estas fechas estaban más que secos que una “mojama”: el Arroyo de Valdepino, el Arroyo de Valdemuelas. Mencionar, asimismo, los diferentes puentes que atraviesan el río y que nos permitieron vislumbrar unas imágenes llenas de luz, sombra y color: Puente del Villar, Puente de Talcano, Presa de la Fábrica de la Luz  y Puente de Picazos.

Hubo un momento del recorrido que a punto estuvieron de ser “excomulgados” ciertos elementos subversivos que, o bien estaban sordos o se hacían los sordos, pues no parecían dispuestos a rezar “el ángelus” y no paraban de caminar ni a pesar de la amenaza que pendía sobre sus cabezas. Por fin pararon y pudimos disfrutar de las “viandas”, de la “charleta” y de la compañía, sin prisas y sin pausas. Jajajaja.

Hemos de decir que, afortunadamente, pudimos refrescarnos en las diversas fuentes que nos encontramos en nuestro recorrido:  Fuente del Chorrillo, Fuente Redonda, Fuente de la Hontanilla, lo que nos permitió llegar con nuestras fuerzas casi intactas al duro final de la marcha el Arco de la Fuerza que nos obligó a ascender en 500 metros un desnivel +/- 300 metros una pared que después de 13 kilómetros de recorrido nos costó sangre, sudor y lagrimas.

Mención especial merecen, como siempre, nuestras chicas que se portaron como unas “jabatas” y superaron todas las dificultades sin esfuerzo “aparente”, jajajaja. Y, por supuesto, nuestro “baby”, Lucas, nieto de Julián, que se portó como un campeón. Ánimo, chaval.

Pero lo más importante y esperado vino después, la tradicional cervecita, para los que ya íbamos más que “perjudicados”, en Sepúlveda, mientras esperábamos a los conductores que dejaron sus vehículos en el inicio de la marcha, y nuestro traslado a la población de Navares de Enmedio, piscina municipal, lugar previsto por los “Cid” para degustar ese famoso “cordero” segoviano que fue la delicia de todos los comensales, bien regado con vinos, aguas, postres y cafés. Un sobresaliente para este evento gastronómico. Y para rematar “la faena”, unos partiditos de “futbolín”, recordando tiempos pasados, en los que volvieron a brillar con luz propia y ajena, a pesar de los críticas recibidas, los “maestros” de este arte, Santi/Marcelo. Olé, ole, y ole. Jajajaja.

Por último, la agencia “esa” propone 3,5 sicarias para la marcha y 5 para la marcha gastronómica, lo que redondeando hacen 4,3.
Marcelo

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