miércoles, 1 de noviembre de 2017

Excursión 374: Hayedo de San Lorenzo y Pico Abantos

FICHA TÉCNICA
Inicio: San Lorenzo de El Escorial
Final: San Lorenzo de El Escorial

Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  13,8 Km
Desnivel [+]: 807 m
Desnivel [--]: 807 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua:
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 22

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Para admirar los colores otoñales de las hayas y recrearnos con las impresionantes vistas que siempre proporciona el Pico Abantos, nos reunimos 22 participantes en el aparcamiento del Euroforun Felipe II. Dos de ellos nos acompañan por primera vez, Marjorie y Alex, bienvenidos.

Vamos a recorrer uno de los sitios emblemáticos del Real Sitio de El Escorial y su Monte Abantos, declarado Paisaje Pintoresco en 1961, que alberga un impresionante pinar de repoblación de más de cien años de antigüedad, ordenado con criterios paisajísticos, con pino resinero y laricio en las partes bajas y pino de Valsaín en las altas. Junto a ellos otras especies introducidas como las que se encuentran en el recorrido: hayas y alerces.

Iniciamos la ruta subiendo por las escaleras que dan a la explanada del Euroforum, bello edificio remodelado en 2013 en el que se organizan eventos y cursos de formación. Lo dejamos atrás y en la curva, giramos a la izquierda, para subir unos escalones y seguir una empinada senda que bordea el casi vacío embalse del Romeral.

Enseguida se hacen notar un murmullo de fondo "¿va a ser así toda la excursión?, que no nos ha dado tiempo a calentar". Menos mal que pronto alcanzamos una pista, y más adelante la carretera que sube al Puerto de Malagón, moderándose algo la pendiente, sofocando así la revuelta.

Dejamos la carretera y nos internamos por la izquierda en una bonita senda para seguir ascendiendo entre pinos y alguna que otra haya, pasando por el Mirador de los Alerces, con magníficas vistas del valle, que se prestan a encuadres maravillosos en las fotos.

Desde el mirador, continuamos ascendiendo para disfrutar del pequeño pero precioso hayedo que repoblaron los estudiantes y profesores de la Escuela de Ingenieros Forestales desde 1870, y que escondido entre pinares es muy desconocido para la mayoría de los madrileños, pero que tiene unos hermosos ejemplares que nada tienen que envidiar a los del Hayedo de Montejo, que con sus 250 hectáreas de hayas, es el más popular en la Comunidad de Madrid. Éste de San Lorenzo está mucho más cerca, sin restricciones de acceso y de irresistible belleza.

Son árboles procedentes de una replantación del siglo pasado que han logrado adaptarse y prosperar a pesar del ganado vacuno de la zona y que han sembrado el camino de árboles jóvenes. Su cifra se sitúa por debajo del centenar, mayoritariamente en este camino que sube hasta el Puerto de Malagón, conocido como el Camino de los Gallegos.

Sin duda, la mejor época para visitar el Monte Abantos y realizar esta ruta es en esta época de otoño, entre finales de octubre y principios de noviembre. En esta estación, la variedad cromática y la intensa gama de dorados que bañan el monte nos resultará mágica y de encantador atractivo, sobre todo en los árboles de hoja caduca, como el haya o el alerce.

Tras breves paradas para las fotos, continuamos disfrutando de un paseo repleto de tonalidades ocres, rojas y amarillas, con extraordinario valor ambiental. Al poco nos desviamos unos metros para acercarnos a la Fuente del Trampalón y su bonito humedal.

Proseguimos la ascensión para salir otra vez a la carretera del puerto, pasamos junto al Descansadero de Malagón, un ramal de la Cañada Real Leonesa, desde el que enseguida alcanzamos el puerto del mismo nombre, con amplias vistas hacia el valle y embalse del arroyo del Tobar.

Desde allí, tras una curva, giramos a la derecha, por una senda que enlaza con la pista que lleva al pico Abantos, desviándonos de ella al poco para acercarnos a la estilizada y blanca cruz de Rubens y disfrutar de las magnificas vistas que desde el risco en el que está instalada se tienen.

El sencillo monumento recuerda el paso por estos montes de Pedro Pablo Rubens, que además de excelente pintor era diplomático, lo que le trajo a Madrid en septiembre de 1628, en un intento de mediar ante el monarca Felipe IV para que España alcanzase la paz con Inglaterra. En una salida al Escorial tuvo tiempo de encaramarse a lo alto de este risco para pintar desde aquí su conocida vista del Monasterio.

Alcanzada de nuevo la pista, proseguimos por ella hasta llegar a un desvío que cogimos a la izquierda, por una senda bien marcada (GR-10), que desemboca en el Pico Abantos desde donde contemplamos El Escorial, su monasterio, Las Machotas y toda la planicie de Madrid. De allí, continuamos por una pequeña pero visible senda hasta la pista para llegar al Risco de San Benito, en la Solana de Enmedio, donde una caseta forestal nos hace de excelente mirador.

Tras contemplar sus vistas, desandamos el camino hasta alcanzar un risco donde la mayoría se había quedado para contemplar el despegue en parapente de unos valientes. El espectáculo, por no esperado, nos sorprendió a todos, y ver despegar en pocos metros hacia el abismo a los arriesgados paracaidistas nos puso el vello de punta.

Después del hermoso espectáculo y haber dado cuenta de los bocadillos, continuamos por la senda que baja entre pinos a una pradera donde se encuentra la Fuente del Cervunal, y cruza el Camino de Abantos, coincidente con el GR-10.

Hecha la foto de grupo, tras recuperar a unos cuantos que habían ido a por setas, seguimos por la izquierda para descender entre el Arroyo del Romeral a la derecha y la Solana de Enmedio y Solana de la Barranquilla, a la izquierda, senda que en su mayoría es amplia y cómoda, con bastantes zetas que hicieron más llevadera la bajada.

Tras cruzar por un paso giratorio y llegar a una pista de tierra, que cruzamos un poco más adelante, continuamos por una pista asfaltada, que también cruzamos, para alcanzar el arroyo del Romeral, que pasamos para continuar en dirección a la Horizontal, pista que seguimos por varias de sus revueltas hasta dejarla para llegar rectos al restaurante La Horizontal, donde disfrutamos de las cervezas de casi fin de ruta.

Ya solo faltaba recorrer los escasos 400 metros que nos quedaban para llegar de nuevo a los coches, bajo la presa del Romeral y dar así por finalizada esta otoñal ruta.

Por lo bonito del recorrido, pleno de colores otoñales y las vistas que proporciona, esta excursión se merece 5 estrellas.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJES

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